jueves, 28 de febrero de 2013
El libro negro de los colores
Acostumbrados a percibir el mundo por medio de imágenes visuales, es muy difícil comprender cómo se puede vivir sin ver. Para entenderlo, la autora de este libro imagina la amistad entre dos niños, uno de los cuales, Tomás, es ciego. Su amigo nos cuenta como Tomás es capaz de oler, tocar, oir y saborear los colores mientras él solamente los ve. El libro, totalmente en negro para introducir al lector al mundo de los ciegos, incluye el texto impreso y en braille, así como sugerentes ilustraciones en relieve para ser leídas y tocadas.
martes, 26 de febrero de 2013
Elmer el elefante
Elmer es un cuento que no deja a nadie indiferente.
Es la historia de un elefante que no es gris, como el resto de la manada, sino de retales de colores. Pero es la alegría de la selva; es quien despierta risas y sonrisas...Es aceptado tal y como es...
Aquí os dejo Elmer:
martes, 12 de febrero de 2013
¿A qué sabe la luna?
Esta es una historia de deseos inalcanzables, como la Luna, que pueden hacerse realidad gracias a la unión y la cooperación. Su autor es Michael Grejniec.
Una vez los animales se pusieron de acuerdo para llegar a la Luna. La tortuga que, según la mitologia sostiene el mundo, el elefante, la jirafa, la cebra, el león...Hasta que, finalmente, el más pequeño, el ratón, lo consigue.
Una reflexión sobre los valores de la solidaridad.
lunes, 11 de febrero de 2013
¿Quién le pone el cascabel al gato?
Es más fácil decir las cosas que hacerlas
Decálogo de la lectura
DERECHOS DE LOS NIÑOS A ESCUCHAR CUENTOS
ASOCIACIÓN COLOMBIANA DEL LIBRO INFANTIL
1. Todo niño sin distinción de raza, idioma o religión, tiene derecho a
escuchar los más hermosos cuentos de la tradición oral de los pueblos,
especialmente aquellos que estimulen su imaginación y su capacidad crítica.
2. Todo niño tiene derecho a exigir que sus padres les cuenten cuentos a
cualquier hora del día. Aquellos padres que sean sorprendidos negándose a
contar un cuento a un niño, no sólo incurren en un grave delito de omisión
culposa, sino que se están autocondenando a que sus hijos jamás les vuelvan a
pedir otro cuento.
3. Todo niño que por una razón u otra no tenga a nadie que le cuente cuentos,
tiene absoluto derecho a pedir al adulto de su preferencia que se los
cuente, siempre y cuando éste demuestre que lo hace con amor y ternura, que es
como se cuentan los cuentos.
4. Todo niño tiene derecho a escuchar cuentos sentado en las rodillas de sus
abuelos. Aquellos que tengan vivos a sus cuatro abuelos podrán cederlos a otros
niños que por diversas razones no tengan abuelos que se los cuenten. Del mismo
modo, aquellos abuelos que carezcan de nietos están en perfecta libertad de
acudir a escuelas, parques y otros lugares de concentración infantil, donde con
entera libertad podrán contar cuantos cuentos quieran.
5. Todo niño está en el derecho de saber quiénes son los hermanos Grimm y
Andersen, entre otros. Las personas adultas están en la obligación de poner al
alcance de los niños todos los libros, cuentos, y poesías de estos autores.
6. Todo niño goza a plenitud del derecho de conocer las fábulas, los mitos y
leyendas de tradición oral de su país.
7. El niño también tiene derecho a inventar y contar sus propios cuentos, así
como a modificar los ya existentes, creando su propia diversión.
8. El niño tiene derecho a exigir cuentos nuevos. Los adultos están en la
obligación de nutrirse permanentemente de nuevos e imaginativos relatos,
propios o no, con o sin reyes, largos o cortos. Lo único obligatorio es que
estos sean realmente hermosos.
9. El niño siempre tiene derecho a
pedir otro cuento y a pedir que le cuenten un millón de veces el mismo cuento.
Cuento mágico
Os recomiendo este cuento precioso del que me habían hablado y que yo estuve buscando por todas las librerías sin posibilidad de encontrarlo. Ese mismo año, me lo trajeron los Reyes Magos.
Que lo disfrutéis.
Que lo disfrutéis.
Los Tres cerditos, un cuento matemático
El desayuno de "Don Feroz"
El lobo que está en el bosque
ya quiere desayunar,
los tres cerditos hermanos
no sé si le gustarán.
Sus dientes son amarillos
la boca un túnel es.
Grandote como un armario
y sólo piensa en comer.
Yo no me asusto con el lobo Don Feroz.
Tú no te asustas como no me asusto yo.
Después de desayunar
la leche y los cereales,
se marchan hacia la escuela
contentos los tres "chavales".
De pronto por el camino
el lobo les saludó.
Ninguno de los cerditos
el miedo al lobo sintió.
Yo no me asusto con el lobo Don Feroz.
Tú no te asustas como no me asusto yo.
El más pequeño cerdito
le regala su "bocata",
un "bollo" le da el mediano
y el mayor una "naranja".
El lobo agradecido
Les invita a merendar.
Cuando salgan de la escuela,
¡Qué bien se lo pasarán!
Yo no me asusto con el lobo Don Feroz.
Tú no te asustas como no me asusto yo.
domingo, 10 de febrero de 2013
Versos para contar
Este año se celebra el " Año de las Matemáticas", y os quiero presentar este libro de Carlos Reviejo, un libro de versos, editado por SM. Aquí encontramos momentos de la vida cotidiana en que las matemáticas se hacen presentes: en la personalidad del número 13, en las cartas de una baraja, en los dados del juego de la oca, en las caras de la luna, en las horas del reloj, en las patas del ciempiés...
Según el autor su larga experiencia como maestro le ha hecho tomar conciencia de que a los niños les encantan los versos y que a través de ellos llegan fácilmente a ciertos conocimientos, además de que se crea un gusto por la palabra sonora que ayuda a formar futuros lectores.
Según el autor su larga experiencia como maestro le ha hecho tomar conciencia de que a los niños les encantan los versos y que a través de ellos llegan fácilmente a ciertos conocimientos, además de que se crea un gusto por la palabra sonora que ayuda a formar futuros lectores.
UN DESFILE NUMERAL
Con este desfile
terminamos ya.
Marchando, deprisa,
los números se van.
Primero va el Uno
que es el general,
porque de los números
es el mandamás.
El Dos es un cabo,
y el Tres, capitán.
El Cuatro y el Cinco
desfilan detrás.
El Seis con el Siete
no paran de hablar.
El Ocho está cojo
y no puede andar.
El Nueve les dice:
-¡Más formalidad!
Y el Cero, enfadado,
rodando se va.
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